Los materiales o “tesoros” que contiene el recipiente favorecen la
exploración, la investigación y la manipulación; también desarrollan la
curiosidad, el interés, la creatividad, el pensamiento, el conocimiento del
entorno, las relaciones interpersonales, etc., a través de acciones como
agarrar, morder, mete-saca, compara, huele,
chupar, arrojar, golpear, manipular, etc. Se trata de promover que los niños se
planteen “¿Qué es esto?”.
A la hora de recoger conviene verbalizar conceptos que ayuden al bebé a desarrollar su capacidad de clasificación y orientación espacial: “Vamos a recoger los tapones de corcho, ahora las pinzas, que están fuera del cesto…”
¿Qué materiales vamos a emplear?
- Objetos
naturales: piña, corteza de árbol (pino), conchas de playa, calabaza, limón.
- Objetos de materiales naturales: brocha, esponja.
- Objetos de madera:
cuchara, espátula, tenedor.
- Objetos metálicos: colador, cuchara y
campana.
- Objetos de papel y cartón: huevera,
tubo de papel de wc o de cocina.
¿Dónde se puede realizar?
Se establece una zona amplia del suelo del aula, siempre a la vista,
donde los bebés pueden explorar “el cesto de los tesoros” sin distracciones ni
interrupciones, facilitando la concentración de la tarea investigadora y
experimentadora con los “tesoros”.
¿Cuál es el tiempo de duración?
El tiempo de duración de la actividad lo determina el propio ritmo de los
niños que participan en el juego y el docente se mantiene a disposición de
ellos durante la sesión. Aproximadamente este tiempo puede ser de unos 30
minutos.
¿Cuál es el papel del adulto?
El adulto se sienta cerca de los niños a una distancia óptima para
observar y no inferir, proporcionando seguridad y confianza a través de la mirada
receptiva y disponible para todos los niños y niñas que participan en la
actividad en ese momento. La educadora ni interviene, sino que organiza el ambiente, comprueba que
los niños y niñas se sientan cómodos y seguros.
¿Qué habilidades desarrollan los bebés?
- Este
juego da al niño la oportunidad de aprender por sí solo.
- Ejercita
su autonomía y su capacidad de elegir y decidir, ya que nadie les dice lo que
tiene que hacer.
- Los
sentidos (vista, oído, olfato, tacto, gusto)
se van desarrollando mientras manipulan libremente esos objetos. Además
este juego les permite ir interiorizando conceptos como volumen, capacidad,
equilibrio, cantidad, etc.
- Estimulan
la coordinación corporal y las habilidades manipulativas, la presión y la suelta de objetos; la pinza digital; la
atención y la concentración.
- Favorecen
la socialización, la interacción y la comunicación con otros bebés, así como la
creatividad, ya que cada niño puede hacer con los “juguetes” del cesto lo que
quiera y a su propio ritmo.
- Es
una actividad física muy interesante, pero sobre todo mental, ya que estimula
el aprendizaje a base de experimentar, explorar e investigar.
“aprender a través de la experimentación y el descubrimiento de los objetos”
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