lunes, 3 de febrero de 2014

SI TU HIJO SE MUERDE LAS UÑAS...


¿Qué es la onicofagia?
La onicofagia es el hábito compulsivo de comerse las uñas. Es un hábito nervioso igual que lo son chuparse el pulgar, meterse el dedo en la nariz o enroscarse el pelo. Se trata de un hábito que la persona realiza de manera inconsciente.

Primer paso:
 Es necesario observar en qué situaciones el niño se muerde las uñas.
Si conseguimos definir la causa, será mucho más fácil eliminar el hábito.
       Posibles causas…

  El niño vive situaciones de tensión o frustración.
  Reacción ante algún miedo.
  Inestabilidad en el ámbito familiar.
  Manía asociada a una actividad concreta (Por ejemplo, mientras ve la tv).
  Aburrimiento o cansancio.
  Por imitación

¿Cómo actuar?
  Si se  trata de una manera de focalizar la ansiedad, tensión o frustración: Las técnicas de relajación pueden ser beneficiosas para disminuir el estrés, o fortaleciendo su autoestima.
  Es una manía asociada a una actividad concreta o aburrimiento: Lo mejor, en este caso, es que el niño sea consciente de aquellos momentos en que se muerde las uñas y aplique una conducta incompatible siempre que esté en esa situación. Por ejemplo, manipular algún pequeño objeto o entrelazar los dedos de las manos.
  Por imitación de alguno de sus padres:  Hay que tratar de no realizar esta conducta delante del niño, especialmente cuando éste es muy pequeño.

Mas fácil con tu ayuda
  Explícale que le perjudica: Se hace daño, provoca heridas e infecciones en los dedos... Lógicamente, hay que adaptar la explicación a la edad del pequeño. Para un niño muy pequeño puede ser más efectivo hacerle ver que así no puede despegar las pegatinas de sus cuentos.
  Haz que se dé cuenta: Debes alertarle cuando esté haciéndolo para que sea consciente, no como reproche.
  Felicítale por sus avances: Por el contrario, el castigo o la burla aumentan el problema ya que favorecen la ansiedad.
  Pacta un premio para cuando le hayan crecido las uñas: Puede ser una buena motivación cuando se trata de una conducta muy arraigada.

Según María José Zoilo (psicóloga clínica): "Lo más adecuado cuando son muy pequeños es desviar su atención e intentar sustituirle el placer que encuentran en mordisquearse las uñas ofreciéndoles otra cosa de su interés"

No olvides
-  No hablarle a toda hora sobre su conducta. Eso podrá dejarle más nervioso y el problema se agravará.
- El untar los dedos con una sustancia de mal sabor sería una medida útil, pero primero intenta convencer a tu hijo a que es una actitud necesaria para que él no se haga más daño.
- Si ves que el problema aumenta, y que existe ya un descontrol visible, puede ser conveniente el consejo y la ayuda de un psicólogo

Debes tener en cuenta : Se cree a veces que luchar contra la onicofagia con un barniz de gusto amargo es bueno. Sin embargo, no hay estudios concretos y fiables en niños sobre los factores significativos de toxicidad de estos productos y por lo tanto, es un error a menudo. Suelen pelar el barniz con los dientes, se lo tragan y se acostumbran a este sabor amargo, olvidando lo nocivo y peligroso que puede resultar lo tragado, para la salud.
Nota final: Las uñas mordidas y posteriormente ingeridas pueden impactarse en la faringe y producir reacciones inflamatorias. También pueden aspirarse y pasar al árbol bronquial favoreciendo sobre infecciones o diversas complicaciones en el tejido pulmonar. Pero lo más habitual es que pasen al tubo digestivo y acaben mezclándose con las heces al final del trayecto dada la imposibilidad de digerir el resto ungueal.

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